sábado, 10 de mayo de 2008

Hay que predicar con el ejemplo...

Hoy me he quedado perplejo y absorto observando el inestable letrero metalico que ante mí se elevaba. Parecía que estaba a punto de caer, pero, increiblemente, allí se mantenia. Lo que más me llamaba la atencion era la aparente paradoja de encontrarme ante un taller de reparación con partes del mismo no reparadas. Es un contrasentido lo cual, evidentemente, atrae poderosamente mi atención.
Los tornillos que mantenian firme contra la pared la chapa metalica habían desaparecido, lo cual puedo entender hasta cierto punto. Pero lo que no entra en mis cabales es esa especie de plegamiento que se ha producido en la mitad de la misma, lo cual demuestra cierta mano humana en su ejecición. Posiblemente sea un acto vandalico inconcluso, o un extraño deterioro del identificativo debido al paso del tiempo. Cualquier conjetura podría ser valida, lo que no le resta peligrosidad al asunto. Espero que, la proxima vez que pase por allí, no le dé a la chapa por terminar de caerse y lo haga sobre mi cabeza, la cual, tambien inexplicablemente, aprecio mucho.
En fin, vivir para ver...

No hay comentarios: